Cuanto mejor te rodees mejor
estarás, ahí van unos consejos de Barbara Ann Brennan.
Es importante desde la ciudad, a
los objetos de los que te rodeas.
LA CIUDAD DE RESIDENCIA
Por ejemplo, todos tenemos una idea del lugar donde nos gustaría vivir “si
pudiéramos”.
Hay diferentes energías en un
pueblo, en una ciudad, en clima seco, clima lluvioso, con montaña, llano o cerca
del mar. Lo que importa es cuál está más en sintonía contigo, en cual te
desarrollas mejor.
Algunas preguntas que te puedes
hacer:
- ¿Qué tipo de territorio eliges
para residir, o qué puedes hacer para
pasar ocasionalmente un tiempo en el que desearías?
- ¿Qué densidad de población
prefieres, con poca o mucha?
- ¿Te ofrece interactuar con el
tipo de gente que prefieres, hay cines, museos, se organizan conciertos, artes,
agricultura, pesca, senderismo…?
- ¿Has deseado siempre mudarte a
algún lugar, y en ese caso que necesidad insatisfecha cumpliría?; ¿ puedes
satisfacer esa/s necesidad/es su lugar actual?
- ¿Si te mueves, afrontarías
satisfacerla/s?
Castillo San Angelo en Roma
TU CASA
La energía del espacio en que
vives tiene un importante efecto en tu campo aural a nivel visual (espacios, colores
y orden), táctil (áspero, rugoso, cálido, sedoso), auditivos (el tipo de música
y ruidos exteriores), y olfativo (aromas: tabaco, tipo de comidas, flores,
antimosquitos, esencias).
Los espacios acumulan la energía
de las personas que hacen uso de la casa; esa energía viene de lo que hacen y
la intención que pongan. Y se acumula, ya sea sana o insana. Compara la energía
en una estación de tren con la de un parque, por ejemplo. Pues así se queda en
tu hogar. Si recuerdas lo de no te vayas a la cama sin haber resuelto una
discusión, pues algo tiene que ver. Después de una fiesta te puedes dar un día
para recoger, pero hazlo.
Visual
¿Limpio y recogido o sucio y
desordenado?, es un reflejo tuyo y de lo que quieres en tu vida. Así que manos
a la obra. Ese cuadro tan horrible pero que te lo dio tu abuela, hasta luego
lucas; por mí como si le das con un martillo o a la beneficencia; pero si te da
“dolor de ojos” cada vez que lo miras, adiós.
Si tiendes a acumular cosas que
no usas o que no te gustan demasiado, piensa la causa porque puedes hacer lo
mismo en otras áreas de tu vida. Las cosas desorganizadas, con mal acceso útil
o desordenadas te recuerdan los asuntos internos que aún tienes por resolver.
Si nunca hay nada en su sitio quizás a tus tareas no le asignas el orden de
realización de más urgente a menos, o haces un poco de cada sin terminar nada,
por ejemplo.
¿Espacios abiertos o acumulados,
la estantería que lleva 5 años sin arreglar y que te acuerdas cada vez que la
miras o el espejo roto?. Manos a la obra.
¿Recibes mucho sol durante el
día, viento, sombra?; ¿tienes la luz adecuada en cada sitio: el escritorio, la
cama, la cocina?. Las graduaciones de intensidad van bien y también puedes
meter más lámparas o poner estores donde te dé mucha luz.
Barbara Ann Brennan asevera que
“las luces fluorescentes agreden el campo aural, y producen energía orgón
muerta que genera enfermedades; usa preferiblemente halógenas”. A mí
particularmente me duermen o atontan las fluorescentes.
Y ya vamos a los colores que tienen
su propia energía vibratoria y van directos a los chakras o inciden en el
estado anímico. No sólo es importante la ropa que te pones, también las paredes
de cada cuarto y los adornos. Si tienes un color preferido úsalo pero no te
pases, por mucho que te guste el rojo como tengas tu dormitorio enterito
(paredes, cortinas, muebles, accesorios) te va a costar dormir ya que es
estimulante. Y a todas horas “igual” no te viene bien.
¿Por qué crees que los
hospitales suelen pintarse de verde claro (sanación), azul claro (calmante) o
rosa (amoroso)?. Para las habitaciones de bebés se suele recomendar los colores
pastel y diferenciar para niños la zona de descanso: cama con colores claros,
de las de actividad: estudio, juegos con colores más fuertes.
Hay todo un estudio sobre eso,
así que consúltalo.
Barbara Ann Brennan comenta: “el
color es esencial para la salud, necesitamos todos los colores en nuestro campo
aural. Si estamos faltos de alguno, nos atraerá ese o esos colores que
necesitamos.
Por ejemplo una persona con
tiroides poco activa necesita el azul, si la tiene hiperactiva verde, porque
equilibra de forma general el cuerpo. Con esclerosis múltiple el rojo y
anaranjado para la actividad física y energía.
Todos los enfermos de cáncer el
dorado, porque es lo que trata un aura desgarrada; también el color propio del
órgano afectado; así hepático o pancreático amarillo y melocotón por ejemplo.
Mi madre necesitaba el violeta o
malva del que quería pintar su habitación; el color de transmutación y paz
anímica.