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El guerrero de Carlos Castañeda


Extractos al azar:

"La impecabilidad comienza con un solo acto, que tiene que ser premeditado, preciso y sosteni­do. 
Si este acto se repite durante el tiempo sufi­ciente, 
uno adquiere un sentido de intento inflexi­ble que puede aplicarse a cualquier cosa. 
Si esto se logra, el camino queda despejado. 
Así, una cosa lleva a la otra hasta que al fin el guerrero desarro­lla todo su potencial.


Personalmente, encontraba fascinante el con­cepto de guerrero, al tiempo que me parecía una de las cosas más aterradoras con las que jamás me había topado. Pensaba que, de adoptar ese concepto, llegaría a esclavizarme sin tener el tiempo o la disposición para protestar, analizar o quejarme. Quejarme había sido un hábito de toda mi vida y, la verdad, habría luchado con uñas y dientes con tal de no renunciar a él. 

Pensaba que quejarse era propio de un hombre sensible, valiente y directo que no titubea en defender sus actos ni en decir lo que le gusta y lo que le disgusta. Si todo eso iba a convertirse en un orga­nismo luchador, corría el riesgo de perder más de lo que podía soportar.

Para los chamanes del México antiguo, el gue­rrero era, en síntesis, una unidad de combate tan afinada para la lucha en su entorno, tan extraordi­nariamente alerta que, en su forma más pura, no necesitaba nada superfluo para sobrevivir. 

Un guerrero no tenía necesidad de regalos, ni de ser apoyado con palabras o con actos, ni de recibir consuelo o incentivos. 

Todas esas cosas estaban incluidas en la propia estructura del guerrero. Dado que tal estructura estaba determinada por el intento de los chamanes del México antiguo, aquellos chamanes se aseguraron de incluir en ella cualquier cosa previsible. 


El resultado final era un luchador que luchaba solo y que extraía de sus propias silenciosas convicciones todo el impulso que precisaba para seguir adelante, sin quejas, sin necesidad de reconocimiento.
la unidad más importante de ese mundo era el concepto de intento. Para los cha­manes del México antiguo, el intento era una fuerza que podían visualizar cuando veían la energía tal como fluye en el universo. La consideraban una fuerza omnipresente que intervenía en todos los aspectos del tiempo y del espacio. 
Era lo que impulsaba todo. 

Pero lo que resultaba de valor inconcebible para aquellos chamanes era que el intento ‑una pura abstracción‑ estaba íntima­mente ligado al hombre. El hombre podía siempre manipularlo. 
Los antiguos chamanes de México se dieron cuenta de que el único modo de afectar esta fuerza era mediante un comportamiento impeca­ble".



*Las comillas y la explicación que antepone o postpone el texto ya indica su origen, prefiero no poner cursivas porque dificulta la legibilidad.

Fuente:
"La rueda del tiempo" de Carlos Castaneda

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