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Esas piedras en el camino

Esas dificultades con las que nos encontramos,
las personas que hacen que todo sea más difícil,
que nos pican o critican (a nosotros y al resto porque son así),
esas condiciones en las que vivimos que no son las mejores...

Pues a cambiarlas.
Ejemplo: estás trabajando en un sitio en el que la jefatura y/o compañeros nos hacen la vida imposible.
Puedes seguir viviendo esa situación y quejarte. Estar cada vez peor.
O puedes seguir ahi mientras buscas otro empleo en el que estás mejor.

Ejemplo: no se quién se pasa el día criticándome.
Pasa de esa persona, evita su contacto. Rebélate diciéndole una cuantas verdades. Pero comprende que va a seguir así. Tú eliges qué posición va a ocupar esa persona en tu vida.

Hoy alucinante, una mujer le ha gritado a otra como una loca en la caja registradora mientras ponían las cosas. La gritona se ha ausentado y cuando ha vuelto ha reclamado su sitio por los productos que tenía ahí puestos. La otra mujer estaba tranquila y le ha mantenido el tono dulce en todo momento, explicándole que no se veía que fueran de otra persona y que no estaba ahí.
La gritona con el tono relajado de la otra cada vez estaba más histérica. Se ha cogido su sitio y seguía quejándose. Los demás cada uno a su rollo. La dependienta de la caja ni se ha metido y seguía con su sonrisa en la cara.
Increíble. Con lo fácil que es hablar bien y tranquilamente, era un minuto de más a lo sumo, y con un perdona estaba yo ahí me he ido un segundo, habría valido y se habría puesto en su sitio.
Pero la gritona se lo ha tomado, un incidente sin más de la vida diaria, como si la estuvieran matando o la hubieran intentado atropellado.
Bravo por la otra mujer, que sabía que era una nimiedad y no le ha dado ni la más mínima fuerza a la otra.

Situaciones de estas, tonterías, tenemos a menudo en la vida diaria. Piedritas.
De nosotros depende saltarlas o hacerlas más grandes.
La mujer tranquila ha demostrado un dominio tranquilo que puedo elogiar e inspira.
Yo le habría dicho dos cositas para callarla, un: tranquila está todo bien, te puedes poner delante y ya puedes pedirme perdón por gritarme, que no hay problema. Manteniendo el tono de voz normal, claro.

Vivan los "pinches chingones" (libros de Carlos Castañeda), que son los que nos hacen darnos cuenta de lo que queremos y lo que no, y luchar para estar mejor y conseguir nuestros objetivos.

Con cariño hacia nosotros mismos por ese camino para ir a nuestro ritmo.



De eso habla este video de " El secreto" de Esther Hicks, que junto con su marido Jerry hacen talleres muy ilustrativos.
Hacer la prueba y buscar en utube, pinchar en la que se os ocurra y verlo entero, a ver si os dice justo lo que necesitais en este momento.

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