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Tu forma natural es la felicidad,¿ todavía no lo sabes?



“Virgencita, virgencita, que me quede como estoy”. Es decir, la idea de humildad, bondad, sacrificio nos ha conducido a olvidar que además de sufrir en este “valle de lágrimas”, debemos ser felices, y es más, nos lo merecemos. 
Quisiera hacer una reflexión en torno a la palabra sacrificio; esta connotación que se produce en nuestra mente cuando la pronunciamos o la oímos es errónea, rápidamente pensamos en el sufrimiento, en el dolor, para alcanzar una evolución personal que nos conduzca a ser mejores. Nada más lejos de la realidad; la forma inicial de donde surge la palabra es sacro-oficio, oficio sagrado. 

Realizar cualquier acto de nuestra vida de forma sagrada, con la atención, el cariño y la entrega que se merece. Esto es vibrar con amor, ser conscientes de que no importa lo que realizamos si existe entrega en ese acto mismo.


Es sanador para nosotros, y para el que lo recibe peinar con consciencia, hacer la comida para los tuyos, tender la ropa en tu terraza o balcón y dejar que el sol te acaricie, sintiendo que el aire la ventila, llenándola de olor a limpio, secándola y disponiéndola para un nuevo uso. Es llevar lo sagrado a cada rincón de tu vida con tu presencia y esta transmite y envuelve todo lo que realizas de paz y armonía.
Cuanto más estás presente en todos y cada uno de los actos que realizas, más se incrementa tu poder personal y, a la vez, más feliz te sientes, ¿por qué? Porque eres con todos tus sentidos, situándote en el aquí y ahora, el único tiempo que posees, en el único espacio donde verdaderamente te puedes realizar. 


Los grandes maestros poseen un amplio campo de energía, por eso sólo con su presencia pueden hacer que las personas que están a su alrededor se sientan bien. Si estás, no piensas en otras cosas; si estás, no programas lo que harás luego; si estás, tu mente descansa y todos tus sentidos entran los colores, los sonidos, los olores, los matices de la vida y la vida desea que la goces.

Detrás de una cosa, otra; tu mente en el vacío, tu cuerpo presente sintiendo, siendo un ser que vive e ilumina. No importa lo que hagas, no importa cuántas veces te has equivocado, no importa si eres gordo o delgado, nada de esto te exime de ser feliz, encuentra el gozo de estar vivo. Si lo pierdes, búscalo de nuevo, respira, siente tu cuerpo y el universo abrirá tus ojos para que redescubras con pasión todo lo que te rodea.”


Fuente: María Teresa Corroto en Agenda del Reiki 2011, ediciones Obelisco