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Las lágrimas, la limpieza del alma


Si para el cuerpo necesitas agua y jabón, a veces cuando tienes un cúmulo de emociones enredadas necesitas llorar.
Lo notarás porque sin causa aparente, o por la situación más tonta, de repente te echas a llorar.

Es tu cuerpo liberándose de esas emociones que te causan stress,
soltándolas,
para que puedas vivir más suelt@ y libre.

Se está limpiando de todas esas situaciones que ya han pasado o ante las que no puedes hacer nada, pero que te han estado causando sufrimiento o preocupación.

En el caso de las chicas, parece más simple; porque son más emotivas o en contacto con sus sentimientos.
Esa descarga cada ciertos meses, resulta liberador.

Si eres de los que si no te dan con un martillo en el dedo del pie no lloras, probablemente acumules mucha tensión; y tu cuerpo lo acompaña o muestra en sobrecarga en el cuello o dolores gástricos (¡vivan los nervios! que ahí se alojan).


El otro día conseguí llorar en público, algo que no me gustaba y no me había dejado casi nunca hacer. Para mí fue algo purificador, pero también debo decir que tuve ayuda previa.

Son esos comentarios casuales que oyes, o que recibes de un amigo o familiar.
Justo estábamos hablando de eso y yo decía que no podía o me costaba mucho, dejándome con un dolor de garganta terrible por la cerrazón.

La respuesta de alguien muy querido fue: ¿y qué más da?. Una de esas frases que yo uso mucho con amigos. ¿Qué más da el resto?, lo que piensen los demás se olvida al cabo de 5 días, lo que importa es que seas feliz tú y hagas lo que te haga sentir bien.


Las lágrimas te permiten liberarte de esa carga emocional y afrontar mejor el resto de situaciones; estando limpi@ y nuevit@ para las próximas.
Así que elige tu jabón: películas, libros, canciones, programas de la tele.... Esos detonantes que de repente te llenan los ojos de lágrimas. ¡También vale el telediario!

Con amigas en una charleta reconocimos que si hacía mucho que no llorábamos, de repente con la cosa más simple o inesperada nos salía la lagrimita, ¡y nos pasaba a todas!. Parecía estar relacionado el tiempo que estábamos sin llorar con el incremento de la llorera. Como si tuvieramos un cupo a cubrir en el año. También si habíamos pasado situaciones de gran presión aumentaba la cuota. Está claro que las mujeres no sólo renovamos la sangre del cuerpo con la regla menstrual, sino que además necesitamos la limpieza del alma.

Yo no voy a recomendaros  practicar, recordando situaciones pasadas que hayan dolido para llorar los restos que queden. Eso ya es cosa vuestra.

Pero si veis que en el ojo una lágrima hace presión: ¡soltarla!


Permitíos dejar fluir esas emociones para que salgan libremente como cuando eras un niño. La limpieza del alma también es necesaria y os deja bien limpit@s.