Cuando doy Reiki, a veces me gusta llevar a la persona que estoy dando a través de un viaje espiritual de meditación. Yo lo llamo visualización creativa también, ya que la empleas para ver y sentir cosas. Tengo unas cuantas ya preparadas, aunque a veces me la invento según intuyo, y creo que ayuda mucho a la persona. En mi otro blog tengo puestas unas pocas y aquí pondré el resto.
Este ejercicio puede ser utilizado para conectar tanto con nuestros antepasados de espíritu como con nuestros antepasados de sangre. Como habrás adivinado es al aire libre y con tiempo.
Es de nivel medio o avanzado. Como siempre yo invito a probar, a dejar volar la imaginación y a sentir. Luego ya se verá, pero incluso aunque tú creas que no te salga, algo habrás hecho y conseguido; aunque sólo sea a aprender a percibir. Como todo, la práctica y la apertura de mente es lo que te lleva a la mejora.
Primero pasea y fíjate en los árboles que hay alrededor. Cuando sientas que uno te “llama” dirígete a él. Para ti una señal puede ser simplemente que te guste, o justo que oigas un trino en especial que te recuerde “algo” o te “remueva” saliendo de uno, o que se te caiga algo y vuele hasta debajo de uno, o que te caiga una piña en la cabeza,… Je, je, je. Al gusto.
Lo importante es que encuentres o sientas cierta conexión; aunque serviría cualquiera y luego ya conectas. Después si te pica la curiosidad y tienes conocimiento de que tipo de árbol has elegido, puedes buscar qué significado tiene, o cuáles son sus fortalezas o características.
Ya estás enfrente de tu árbol, ahora es el momento de pedirle al espíritu del árbol (dríade), que acepte tu presencia y el trabajo que estás a punto de realizar que es a través de él conectar con tus raíces.
Es como si te presentaras con un - Hola, estoy aquí, reconociéndole como interlocutor, y decirle: - voy a hacer esto, ¿te parece bien?/ ¿te interesa/mola?.
Muéstrate atento a la respuesta, a lo que sientas, ¿le notas receptivo?, ¿ves que vayas a poder “hablar con él/ella”?. Si sientes que el árbol no desea ayudarte “porque está a lo suyo”, búscate otro que ese no era el bueno, o en estos momentos no está en tu honda. ¡Al fin y al cabo probablemente con tu padre no hables de sexo!. Pero se educado/a, - muchas gracias y hasta otra. Tú eliges las palabras para despedirte.
Si el árbol te acepta o notas que te resulta cómodo estar hablándole, ponte bajo sus ramas y siéntate con la espalda contra el tronco.
Inspira unas cuantas veces, de forma lenta y profunda para regular tu respiración.
Toma conciencia de tu cuerpo físico. Siente su sólida presencia bajo el árbol. Asegúrate de estar cómodo y estable. Siente el árbol a tu espalda. Te fundes con él para ser uno, el va a ser tu canal de transmisión, es como si accedieras a la biblioteca universal a través de él que está enraizado en la Madre Tierra. Percibes las ramas como tu cabeza, el tronco como tu tronco, y tus piernas columnas sobre las que te sustentas la parte baja del tronco, en tus pies comienzan las raíces del árbol. Le solicitas su ayuda para ver tus orígenes. Ahora se transforma en tu árbol familiar.
El tronco sobre el que te apoyas es donde estás ahora, con todo el apoyo y fuerza que tienes a tu alrededor en tu vida.
Sus raíces son los antepasados, y sus ramas sus descendientes (hijos).
Te concentras en tus pies-raíces, cómo se extienden hacia abajo. Reconoces en ellas a tus padres, a los que das las gracias por el don de la vida. Son quienes te han apoyado primero, en lo económico o la educación (cada uno como podía o sabía); pero te concentras en que te sacaron a la luz, como cuando el árbol atravesó la tierra para salir como brizna, brote, tallo, tronco, árbol. Agradece otros dones que reconoces de ellos en ti, su legado.
Aprovecha para arreglar cualquier diferencia que tengas con ellos, piensa en lo que bloquea tu comunicación con ellos, de donde vienen, quién los provoca, o cómo de diferentes sois. Examina las causas emocionales que lo originen: la ira, el miedo, la desconfianza,… Ahora toca perdonar o por lo menos entender, todos cometemos errores pero cada uno elige su camino.
Explora esos aspectos negativos de su relación y encuentra los resultados positivos que pueden haber provocado en tu vida y da gracias por ello. Si tenías un padre cabezón quizás tú seas ahora flexible en tus razonamientos, o si a tu madre le costaba tomar decisiones tú ahora seas claro sobre lo que quieres y lo que no. Ejem.
Agradece las enseñanzas de su ejemplo (para ser-para no ser), y las habilidades que has adquirido gracias a ellos.
Percibe ahora cómo ha arraigado el árbol en la tierra, te concentras más profundamente en las raíces y llegas a tus abuelos.
Piensa en ellos, cada uno diferenciado; en lo que sabes, en lo que te han contado. Explora tu relación con ellos, buscando de nuevo lo que sus vidas y herencia han dejado. Aún si no tienes ni idea piensa que dentro de ti está algo de ellos, llega por tu herencia genética, por la sangre, y por la forma de ser y de no ser (ellos también se rebelaron contra algo) de tus padres.
Percibe y siente, ¿qué sensaciones te vienen cuando piensas en una determinada persona?, ¿es alguna palabra?, déjate oírlas, te dirán cosas, claves para entenderles. Pueden ser también imágenes o recuerdos de algo que haya pasado en tu vida o que te hayan dicho. Lo estarán describiendo, resumiendo.
Sigue poco a poco dejando que tu conciencia te lleve más y más atrás, hasta sus bisabuelos y generaciones anteriores. Aunque no te sepas los nombres piénsalos como: la madre de mi abuela, el padre de mi abuela, la madre de mi abuelo, el padre de mi abuelo,…
Quizás sientas que te dejas algunas y que eres atraído/a hacia otras. Algunas generaciones las percibirás de forma breve según pasas por ellas, pero otras te llevarán más tiempo para absorber lo que tengan que decirte. No te apresures si no quieres. Siempre podrás llegar más lejos en otra ocasión. Ve hacia atrás todo lo que creas y presientas, como te resulte más cómodo.
Puede ser que sientas resbalar tu conciencia hacia abajo por las raíces del árbol. Si es así, sigue ese sentimiento, porque es la manera que tiene el espíritu del árbol de responder a tu viaje. Te está guiando a lo que necesitas saber en este momento preciso.
Según vayas atrás en el tiempo, estate alerta a cualquier problema, tensión o bloqueo. Cuando se sienta con alguno, trabaja con ellos como hizo con sus padres. Busque las raíces de cada problema y descubra cómo ha afectado a las generaciones posteriores.
Para ello pregunta:
- ¿Por qué pasa esto?,
- Cuál es el origen de lo que estoy percibiendo
- Cómo afectó a la siguiente generación
- Cómo me afecta a mí: cuál es el efecto positivo y el efecto negativo a mejorar
Segun pienses las preguntas te vendrán las respuestas también, puede ser de forma directa o con sensaciones, tal y como lo estás haciendo hasta ahora. Si ves que no te salen respuestas (piensa a ver si puedes preguntar algo de sus vidas por si tus padres tienen algún conocimiento de la persona). Tu visión es inteligente y accedes a lo que estás preparado para entender y aprender, si ves que continúa bloqueado sigue adelante; en otro momento de tu vida conocerás las respuestas.
Céntrate en lo positivo (los beneficios que dejó) para honrarlo y que así se limpien las impurezas de tu corriente genética.
Cuando hayas viajado tan lejos como has querido, vuelve sobre tus pasos, subiendo por las raíces, y da las gracias a todas las generaciones de antepasados por los dones beneficiosos que te han legado a través de la vía genética y que podrás pasar a generaciones futuras.
Piensa en los bloqueos que has visto, y en cómo los estás trabajando (si te han llegado a ti). Si crees que no los estás trabajando piensa que sólo viviéndolos ya lo estás haciendo, potenciando tus dones e intentando ser mejor (en el aspecto de tu vida que quieras: trabajo, pareja, familia, amistades, pensamientos, hobbies…).
Según lo estás pensando ves cómo se están disolviendo, curando; transformando positivamente a tus antepasados, a ti mismo/a y a las generaciones que están por llegar. Puedes orar o hacer ofrendas por la curación si quieres. Sabes que a partir de ahora cuando te enfrentes a determinadas situaciones tienes más información para hacerlo de forma más positiva.
Tras pasar por tus padres vuelve al presente y concéntrate en tus raíces-pies, que se transforman en pies-raíces y de ahí vuelven a ser tus pies. Siente la realidad física de tu cuerpo, y concéntrate en tu respiración; siente la tierra bajo tus pies y la firme presencia del árbol a tu espalda.
Mira a tu alrededor y asimila en qué lugar estás y lo que pasa a tu alrededor en este momento.
Cuando te sientas preparado/a, da gracias a tus antepasados y al espíritu del árbol. Agradece también a los guías que hayas tenido, si te ha pasado.
Puedes dejar una ofrenda antes de dejar el lugar, reciclable por favor; algo como flores, pan o agua. Todas esas cosas alimentaran al árbol y a las criaturas que viven alrededor de él.
Basado en la meditación con el mismo nombre que aparece en “El sendero del druida” de Philip Shallcrass, editorial De Vicchi, 2000.
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